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Por Yopublico.cl , 7 de marzo de 2023Mujer en la quinta revolución tecnológica
Atención: esta noticia fue publicada hace más de un añoUna columna de opinión de Sandra Gatica, ingeniera civil industrial y miembro del directorio de Data Observatory.
El otro día leí sobre Cleopatra, quien era una mujer muy educada, dominaba 9 idiomas y tenía las bibliotecas de Alejandría como su segundo hogar. Muy buena en matemáticas, en literatura, en astronomía, en medicina, en geografía, en alquimia y en zoología. Lamentablemente la historia no ha sido justa con ella al solo reconocerla como la amante de Julio Cesar; Cleopatra fue una de las líderes más importantes en negociación para Egipto, logró imponerse bajo la comunicación directa gracias a sus habilidades de retórica y lingüísticas.
La información es poder, un aspecto que el mundo le negó a las mujeres a través de la historia, sin embargo hoy vivimos otro momento, donde las puertas, por lo menos en occidente, se abren a las mujeres para que puedan instruirse y beneficiarse de la información.
La información proviene de la capacidad de leer, articular, modelar los datos que están en el mundo. Obtener esos datos y saber extraerlos tal como en minería se obtiene un metal de la roca, permite descubrir la belleza del poder y del impacto que esto tiene en el mundo. Esta experiencia es impresionante y basta con ver el impacto de la Inteligencia Artificial, que finalmente se traduce en tomar cientos de trillones de datos y transformarlos en información.
Qué forma más poderosa es estar presente desde la fuente de los datos para después tener la experiencia de modelarlos y exponerlos al servicio del mundo, para que la sociedad y el ecosistema los pueda transformar en información. Esto no es solo un decir, existen ejemplos de grandes aportes de mujeres al campo de la ciencia de datos, como Susan Athey, economista y científica de datos conocida por su trabajo en la teoría de juegos y su aplicación en la publicidad en línea; o como la científica de datos Dr. Fei-Fei Li, reconocida por su trabajo en la visión artificial y el aprendizaje profundo, destacándola como una de las mujeres más influyentes en la tecnología.
Durante toda la historia las mujeres no hemos estado presentes en el desarrollo de los grandes avances según el rol protagónico que nos merecemos al ser el 50% de la población del planeta. Es un tremendo desafío como mujeres estar en el origen de la información, el poder de modelar lo que está pasando en nuestro mundo actual y ser parte de esta historia, contribuyendo a crear soluciones, miradas y perspectivas que nos representen como género.
Lamentablemente los indicadores no son muy alentadores: según el informe 2022 de Deloitte Insights sobre fuerza laboral en grandes compañías tecnológicas, solo el 35% son mujeres y de todos los roles, el 25% corresponde a mujeres de nivel técnico puro. Asimismo, de acuerdo a DataCamp (2021), solo el 25% de los encuestados que se identificaron como científicos de datos eran mujeres.
Afortunadamente las cifras están cambiando a nuestro favor. La ciencia de datos es omnipresencial, permitiendo que como trabajo se desarrolle desde cualquier lugar del mundo, promoviendo de paso la descentralización y abriendo otras opciones para la vida familiar y la crianza. Las mujeres tienen la capacidad y encuentran amplias ventajas y beneficios en este formato laboral.
Quedarnos fuera ya no es opción, el mundo está girando estrepitosamente hacia la famosa 5ta revolución: la información. Se ha demostrado que no estar y no saber de la ciencia de datos, así como no estar donde éstos se transforman en información, es ceder nuevamente el poder. ¿Estamos dispuestas a eso?